En virtud
de la diplomacia por la paz, adelantada desde actores de la sociedad civil,
Colombia se convierte poco a poco en Causa de la Humanidad. Sí,
Colombia:
Causa de la Humanidad! Eso es lo que se aprecia en la gira que impulsores
del movimiento social de paz - iniciativas de paz, organismos de derechos
humanos, organizaciones populares, sectores políticos convergentes
en Paz Colombia - han realizado en las últimas semanas por
Estados Unidos, México y Europa.
Esta es otra
forma de diplomacia por la paz, distinta a la del gobierno colombiano y
a la de la insurgencia armada; se trata de una diplomacia que reclama solidaridad
y cooperación mostrando al mundo que la crisis humanitaria, la crisis
social y la crisis política que vive nuestro país, tanto
o más que problema, es una oportunidad para actuar e innovar con
plena conciencia de corresponsabilidad asumiendo y proyectando el contexto
de interdependencia y globalización que hoy vive el mundo.
Paz Colombia
liga
la percepción de oportunidad política internacional, con
la de una extraordinaria circunstancia de oportunidad política nacional:
los nuevos gobiernos regionales en manos de dirigentes políticos
independientes comprometidos con la transparencia administrativa, el desarrollo
con equidad, la gobernabilidad y la paz en sus respectivos departamentos.
Tales son los casos de Nariño, Cauca, Putumayo, Caquetá,
Huila y Tolima[1]
La gira por
Europa de Paz Colombia y los
Gobernadores del Sur ha tocado
las cancillerías de Inglaterra, Francia, España, Italia,
Suecia, Bélgica, Suiza y Alemania así como a las autoridades
de la Unión Europea, Comisión y Parlamento Europeos, en Bruselas.
La gira, iniciada en reunión con los embajadores europeos y latinoamricanos
en Bogotá y realizada en forma relámpago es portadora de
un discurso concreto y certero. En cada capital el clima político
luce distinto; la recepción del mensaje es diferente porque diferentes
son los intereses, las visiones y las percepciones del proceso colombiano.
Pero la UE comparte un horizonte común: no a la guerra interna,
no al conflicto regional, no al Plan Colombía, sí a la paz
con diálogo, desarrollo, derechos humanos y participación
social. Cuatro son los puntos que, en alianza estratégica, plantean
Paz Colombia y los seis Gobernadores.
1.
Asegurar que los recursos de Europa realmente sean utilizados para la paz
y no para la guerra ni para alimentar la corrupción; su destino
y gestión debe hacerse a través de una efectiva estrategia
de participación y movilización de las comunidades, las regiones,
la sociedad, además del gobierno central del país, y canalizar
tal cooperación a través de mecanismos que garanticen la
concertación, la eficiencia y la transparencia; para ello se propone
constituir un fondo mixto estado - sociedad - regiones que supere
los actuales esquemas excesivamente centralistas.
2.
Trabajar por reducir la intensidad del conflicto del cual la mayor víctima
es la sociedad y para ello se propone acoger, viabilizar y poner en práctica
en el menor tiempo posible el Acuerdo Global Humanitario planteado
por la Señora Mary Robinsón, Alta Comisionada de ONU para
los Derechos Humanos, y por su representante en Colombia el Señor
Anders Kompass. Europa no debe hacer excepciones tipo waver como
ocurre en Estados Unidos.
3.
Constituir una Comisión Internacional de expertos independientes,
con el auspicio de la ONU, para evaluar dos décadas de lucha contra
las drogas en Colombia, y proponer alternativas. Esta comisión debe
operar y entregar su informe en corto plazo.
4.
Favorecer la participación sustancial y decisoria de la sociedad
en las sucesivas etapas del proceso de paz y para ello focalizar el apoyo
internacional en obtener garantías para la población civil,
el movimiento de paz y de derechos humanos y el ejercicio de la política;
incluye lograr que la comunidad internacional haga todo lo que esté
a su alcance para desactivar la polarización.
El sentido
que los gobernadores le dan a estos cuatro puntos, compartidos con Paz
Colombia, es el construir un verdadero Plan Colombia Alternativo
o,
en palabras de Jorge Rojas de Codhes, un Plan Europa para la Paz de
Colombia.
En relación
con este plan, ya muy avanzado en su elaboración, cada uno de los
seis gobernadores hace énfasis sobre un aspecto diferente, a cual
más pertinente e importante, a saber: Parmenio Cuéllar de
Nariño en la reforma agraria integral, Iván Guerrero de Putumayo
en auténticos pactos sociales para los procesos de sustitución
de cultivos de uso ilícito, Floro Tunubalá del Cauca, indígena
guambiano, en la potencialidad del tejido social pluriétnico y pluricultural,
Adriano Muñoz del Caquetá en la legitimidad y fuerza del
reciente mandato emanado de las urnas en respaldo a propuestas distintas
de las tradicionales, Alberto Cárdenas del Huila en la integración
regional mediante la aproximación de las políticas de planeación,
Alfonso Jaramillo del Tolima en la paz con profundas transformaciones para
lo cual se necesita la renovación de la política y la consolidación
de las posiciones independientes en un proyecto nacional.
De esta manera
se han ofrecido novedosos y autorizados elementos de juicio para las deliberaciones
y decisiones de la tercera sesión de la mesa de donantes y cooperantes
a la paz de Colombia que tendrá lugar el próximo 30 de abril
en Bruselas. La Unión Europea tiene ante sí el reto de ser
coherente en la práctica con el espíritu y los términos
de la Resolución que su Parlamento adoptó el día primero
de febrero de este año, según la cual,
"Insiste en que
la intervención de la Unión Europea siga una estrategia propia,
no militarista, que conjugue neutralidad, transparencia, participación
de la sociedad civil, y compromisos de los participantes en la mesa de
negociación" (Numeral 9).
De la Unión
Europea, de todos los países europeos, incluída España
tan cercana a Colombia y tan influyente hoy en la Unión, Colombia
espera una cooperación a la paz que guarde plena coherencia con
los criterios de la Resolución en referencia del Parlamento Europeo.
Colombia requiere y merece asumirse como causa de la humanidad
a
la manera como lo fue Suráfrica hace algunos años.
Los derechos
humanos, incluidos los sociales, el ambiente, el desarrollo, la democracia
y la paz cuando son lesionados en cabeza de una persona o de muchas en
un país, se constituye esa lesión en una afrenta a toda la
humanidad y, por tanto, su restablecimiento y vigencia real y plena es,
debe ser, interés y compromiso de toda la humanidad.
Esta gira
de Paz Colombia
y los Gobernadores del Sur por países
europeos, antecedida por la efectuada a los Estados Unidos y simultánea
con la visita a México, tendrá importantes consecuencias
para instaurar un sentido nuevo en la cooperación de la comunidad
internacional a la paz de Colombia y para la incentivación de las
iniciativas independientes y civilistas de transformación democrática
en nuestro país. La paz de Colombia está indisolublemente
atada a la renovación de la política.
Así
progresivamente Colombia se convierte en causa de la humanidad y
el movimiento social de paz en un factor que contribuye al surgimiento
de una opción nueva de gobierno para Colombia.